literature

zoro-nami love story

Deviation Actions

umpalumpa0172's avatar
Published:
2.4K Views

Literature Text

CAPÍTULO 11: PERDIDOS Y ENCONTRADOS.

Se volvieron y vieron a las camareras de la taberna saludando a Zoro y corriendo hacia él. A Nami le cambió la expresión radicalmente: de felicidad a enfado.

-¿Bombón de menta? ¿Zoro, las conoces?- preguntó Luffy confuso.
-Para mi desgracia.- contestó con fastidio. Ueto y Resu lo abrazaron y se pusieron una a cada lado.
-¿Cómo estás, guapo?-le preguntaron con una sonrisa coqueta cogiéndolo por los brazos. Nami estaba a punto de explotar. Si por la mañana sus ropas dejaban sin trabajo a la imaginación, las de fiesta la asesinaban cruelmente.
-¡Qué bien que hayas venido!
-Ya empezábamos a pensar que te habías olvidado de nosotras.- dijo Resu haciendo pucheros.-Pero ya veo que te has puesto guapo para nosotras.-recorrió la fila de botones de la camisa de Zoro de arriba a abajo y de abajo a arriba varias veces. El peli-verde se empezó a poner nervioso cuando Ueto empezó a jugar con los pendientes de su oreja izquierda.

Chopper, Usopp y Luffy no entendían nada de lo que estaba pasando y Robin empezaba a hacerse una idea cuando se percató de la expresión de la navegante.

-¡Hombre! Si son las camareruchas de esta mañana.-gruñó para hacerse notar. Como había pasado las veces anteriores, las camareras la fulminaron con la mirada.
-¿Por qué no te vuelves a tu caseta y  dejas que los humanos nos lo pasemos bien?- le dijo Ueto.
-Y si estás buscando huesos me parece que en la basura hay restos de comida.-añadió Resu.
Usopp y Chopper tuvieron que agarrar a Nami para que no se abalanzase sobre ellas.
-¡Vamos, Nami, cálmate!
-¡Acércate y te demuestro lo perra que puedo llegar a ser!-les gruño la pelirroja revolviéndose a las camareras.
-¡Jo, Nami, das mucho miedo!-le gritó el reno desde su pequeña estatura.
-Ven, que con nosotras te lo vas a pasar muy bien.-le dijo la morena arrastrando a Zoro lejos de sus compañeros.
-Sí, ven. Con la mascota lo único que podrás hacer será jugar al frisbee y pillar pulgas.-le insistió la rubia tirando junto a su hermana.

Zoro fue incapaz de resistirse, a pesar de su frágil apariencia, las gemelas tenían bastante fuerza y el espadachín estaba cansado. Al final cedió, más por alejar a las camareras de la navegante, quien ahora era sujetada también por Luffy y casi le salía humo por las orejas, que por el hecho de estar a solas en compañía de Ueto y Resu.

-¡Soltadme! ¡Si solo quiero darles una muestra del aprecio y el cariño que les tengo!- les gritaba intentando zafarse de sus captores.
-Por eso mismo. Sólo con que las trates con el mismo cariño con el que nos tratas a nosotros ¡Las matas!-le dijo Usopp agarrándola con todas sus fuerzas.
-Venga, Nami, cálmate.
-¡Yo las reviento! ¡Les doy una paliza que se acordarán de mí y de toda mi familia hasta que se mueran!
-¡Nami, relájate!

Zoro miró por encima del hombro, pero ya no veía a sus compañeros entre la multitud.

-¡Vamos a bailar!
-Yo no bailo.
-¡Jo! ¿Ni con nosotras?
-Yo no bailo.-repitió. No había bailado nunca y no pensaba empezar en ese momento, y mucho menos con ellas.
-Vamos, no seas cabezón.-se quejaron. Le volvieron a tocar el pecho. Entonces se percataron de sus vendajes en el hombro y en el brazo.- ¡Uy! ¿Y esto? ¿Estás herido?
-Puede.
-Pero…esta mañana no lo tenías.
-No
-¿Qué te ha pasado?-le preguntó la rubia.
-Me topé con unos tipos en el bosque.
-Pues si que eres fuerte ¿Cuéntanos más?-le acercaron otra cerveza, aunque no se había acabado la anterior. A Zoro no le gustaba fardar, así que se negó.- ¡Por favor! ¡Queremos que nos cuentes tus aventuras!- le hicieron pucheros. Zoro se sentía incómodo, pero siguió negándose.

Ueto y Resu cada vez se acercaban más y aumentaban la incomodidad del espadachín. Zoro ya no sabía cómo mandarles indirectas para que lo dejasen en paz, y decírselo directamente le parecía demasiado grosero, incluso para él. Entonces apareció su salvación.

-¿Qué hay, Zoro?-le dijo una voz conocida a sus espaldas. Esa voz iba acompañada por un inconfundible olor a tabaco. El espadachín se volvió y vio al cocinero acercándose con un toque de envidia maliciosa en los ojos, pero con su chulería habitual.- Te veo muy bien acompañado.
-Ni te lo imaginas.-respondió en tono sarcástico.
-¿Cómo están, señoritas?
-¿y tú quién eres?-le preguntaron las gemelas sin dejar libre a Zoro y mirando a Sanji con ojos seductores.
-¿Yo? Yo soy… ¡vuestro príncipe azul!-miró a las chicas con corazones en los ojos y se arrodilló ante ellas. Ellas se rieron tontamente y Zoro suspiró. "Éste tío no cambiará" pensó.
-¿Y de qué conoces a este bomboncito de menta?-preguntó la morena tras intercambiar una mirada significativa con su hermana. Sanji tuvo que aguantarse las ganas de burlarse del nuevo mote de su compañero.
-Somos compañeros de aventuras.
-¡No te enrolles! ¡Ayúdame!-pensaba Zoro a gritos.
-Lamento decíroslo, señoritas, pero a mi compañero, aquí presente, le van más las pelirrojas.-informó Sanji dejando en estado de shock a las gemelas y al espadachín.
-¡¿Qué has dicho?!-gritaron los 3. Las gemelas miraron asesinamente a Zoro en cuanto cayeron en a quién se refería. El peli-verde miraba con los ojos como platos al cocinero, quien miraba divertido la escena.
-Lo que habéis oído, señoritas ¡Pero ya estoy yo aquí para consolaros!-expulsó, literalmente, al espadachín de los brazos de las camareras y se puso él en su lugar.

Las gemelas se miraron significativamente y, simultáneamente, le pisaron los pies con muy mala leche y cogieron la jarra que Zoro llevaba en las manos y se la volcaron en la cabeza. Su carácter le recordó al carácter de cierta navegante pelirroja. Se dieron media vuelta despotricando y hablando de lo aprovechados y babosos que eran algunos hombres.

-¡Me encantan las mujeres con carácter!-dijo Sanji dando pequeños saltitos.-Por cierto, de nada.
-¿"De nada" por qué? No necesitaba tu ayuda, lo tenía todo controlado.- protestó sacudiendo la cabeza y escurriendo como podía la camisa.
-Sí, claro ¡Si no sabías por dónde empezar!
-¿Por qué has dicho antes lo que has dicho?-preguntó muy serio el espadachín.
-¿Acaso es mentira?- Zoro no respondió. Sabía perfectamente a que pelirroja se estaba refiriendo. "Pero si ni siquiera yo sé lo que siento por ella ¿cómo lo va a saber un cocinero baboso y petardo?"
-¡¿Pero tú qué dices, tarado?!-le gritó intentando disimular.- ¡¿Cómo me va a gustar esa bruja usurera que no hace más que meterme en líos?!
-Di lo que quieras, pero las evidencias son las evidencias… ¡Y no se te ocurra volver a insultar a mi pelirroja!
-¿Evidencias? ¿Tu pelirroja?
-¿Te acabas de caer de un guindo o eres así de nacimiento?-le dijo como si le hablase a un niño pequeño.

Zoro dio media vuelta. No quería hablar de ese tema y mucho menos con el cocinero de las cejas de arrobas. Sanji lo siguió.

-¿De verdad no te has dado cuenta?
-Déjame en paz.-le respondió tajante esperando que se diese por aludido.
-Eres más imbécil de lo que creía.
-Y tú eres más cansino de lo que suponía.
-¿No te has dado cuenta de que a Nami le gustas?-esta pregunta hizo que Zoro se parase en seco.
-¿Qué has dicho?
-Que a Nami le gustas, por mucho que a mí me pese.
-¿Por qué dices eso?-se volvió para mirar a Sanji, quien se estaba encendiendo un cigarrillo con una sonrisa de satisfacción.
-Por el modo en el que te mira de reojo cuando estás cerca. Y es obvio que ella a ti también te gusta.
-Eso es imposible ¡Si no nos tragamos!
-Lo sé. Yo tampoco me lo creo.-dijo dándose aires de experto en el tema.-La pobre se ha debido dar un golpe muy fuerte en la cabeza si se ha fijado en un tipejo como tú teniéndome a mí cerca.
-¡Menudo ego que tiene aquí el principito!-dijo Zoro para sus adentros pero lo suficientemente alto como para que el cocinero lo oyera.
-¡Hay le has dado! Soy un príncipe comparado contigo, lo que pasa es que mi pelirroja me ve aun como una ranita, pero cuando entre en razón y me dé un beso me convertiré en su príncipe azul.- dijo con voz soñadora.
-Pues no es la única que te ve como un sapo viscoso de pantano…
-Muy gracioso. Ahora si puedes dejar de comportarte como un crío y explicarme qué vas a hacer. Así me ahorrarías el agotar por completo mis provisiones de tabaco.
-¿Qué voy a hacer con qué?-disimuló el espadachín deseando que Sanji lo dejase en paz de una vez.
-¡Pero te quieres centrar, melón! ¡Esto es un tema serio! ¡Como mi Namicilla lo pase mal por tu culpa te arrepentirás de por vida!
-Como me toques un solo pelo te rebano las piernas, cocinero de pacotilla.-amenazó Zoro echando mano a una de sus catanas y enfrentándose a Sanji, quien también se puso en guardia.
-¡¿Pero ya estáis discutiendo otra vez?!-les dijo una voz entre la multitud. Aparecieron Usopp y Robin.- ¡Esto es una fiesta! Hay que pasarlo bien.
-¡Hola, Robinceta, mi amor! Que penita que me hayas visto así, pero ya sabes que este imbécil me crispa los nervios.-dijo el cocinero arrimándose a la arqueóloga.
-¿Dónde está el resto?-preguntó Zoro tratando de reprimir sus ganas de atizarle una estocada a Sanji.
-Los hemos perdido.-explicó Robin.-Pero no pueden estar muy lejos, estaban con Yume.
-Entonces no creo que debamos preocuparnos mucho.-apuntó Sanji pero sin mucho convencimiento.

(***)

-¡Nami, relájate!-le gritaba el capitán. La navegante se revolvía e intentaba zafarse de sus compañeros y no paró hasta que Zoro y sus "amiguitas" se perdieron entre la multitud.
-¡Cómo las odio!-gruñó cruzándose de brazos, libre ya de sus compañeros.
-¡Vaya carácter! Cualquiera se mete contigo.-rió una voz a espaldas del grupo.
-¡Hola, Yume!-saludó Luffy con su típico entusiasmo infantil.
-¿Qué tal? ¿Disfrutáis de la fiesta?-preguntó mirando a Nami con sus ojos hipnotizadores.
-¡Desde luego! Está muy bien.-le contestó ella con una sonrisa.
-Enhorabuena, Chopper. Te he visto en el concurso.
-¿Sí? ¡Uy, qué vergüenza!-bailoteó el renito.
-Bueno, ¿a dónde queréis que os lleve primero?
-¡Al panteón abandonado!-gritó Luffy alzando los puños.
-¡¡NI DE COÑA!!-le respondieron también a gritos y con miradas asesinas Nami, Usopp y Chopper. Yume se echó a reír.
-Eso mejor os lo enseño mañana a la tarde si queréis. Además, si no estáis todos no tiene gracia.-añadió con una mirada siniestra y arrastrando las últimas palabras.
-Eso es cierto, seguro que al espadachín y al cocinitas les gustará también ver el panteón.-dijo Robin.
-¡Jo! ¡Pues yo lo quería ver ahora!-opinó Luffy poniendo pucheros.
-¡No seas crío!-le espetó Usopp.-Ahora por la noche da mucho miedo.
-¡Pues por eso! ¡Si da miedo mola más!
-¡He dicho que no y es que no!-dijo Nami dándole otro capón a Luffy, haciendo que su cuello de goma se estirase hasta llegar al suelo, rebotar en él y volver a su posición habitual. La navegante tenía que descargar la furia acumulada y Luffy era el ideal.
-¿Qué os parece si os llevo a un puesto que tiene la mejor carne de todo Hitobito?-propuso Yume.
-¡¡SI!!-dijo el capitán dando un salto con un nuevo chichón en la nuca y un golpe en la frente.

Empezaron a andar entre la multitud. Yume iba primero, seguido muy de cerca por Luffy y Chopper, luego Nami y por último Usopp y Robin. Entonces un par de hombres borrachos se pusieron entre estos dos últimos y el grupo.

-¡Hola, preciosas!-dijo uno de ellos tambaleándose.- ¿Por qué no dejáis a esos gemelos narizones y os venís con nosotros?
-¿Gemelos narizones?-preguntó Usopp muy confuso.
-¡Sí, gemelos! Pero tendréis que estaros quietos para que pueda zurraros.-dijo el otro, haciendo ademanes de golpear el aire. En uno de los golpes perdió el equilibrio y cayó al suelo.
-¡Oye, hermano! ¿Qué haces en el suelo?-murmuró el otro agachándose para ayudar a su compañero a levantarse, perdiendo el equilibrio y cayendo encima de él.
-¿Pero estos tíos de dónde se han escapado?
-No lo sé, pero nos han hecho perder al resto del grupo…-apuntó Robin.
-Como me toques un solo pelo te rebano las piernas, cocinero de pacotilla.-dijo una voz conocida y amenazadora cerca de ellos.
-¡Mira! Hemos encontrado el espadachín.
-¡¿Pero ya estáis discutiendo otra vez?!-dijo Usopp acercándose a ellos y abandonando a los borrachos en el suelo riéndose tontamente de la situación. Sanji y Zoro estaban enfrentados y a punto de empezar una de sus peleas.- ¡Esto es una fiesta! Hay que pasárselo bien.

(***)

Nami iba andando entre la gente, siguiendo a Yume, a Chopper y a Luffy, quien iba gritando que quería carne y visitar el panteón. Supuestamente, Robin y Usopp iban detrás. "¿Dónde estará Zoro ahora? ¿Qué estará haciendo?" Lo buscaba con la mirada entre la multitud pero no lo vio por ningún lado. Se volvió para hablar con sus compañeros pero no estaban. Se paró en seco.

-¡Oye, chicos! Hemos perdido a Robin y a Usopp.
-¿Qué? ¿Pero no iban detrás tuyo?-preguntó Chopper.
-Eso creía, pero me ha girado un momento y ya no estaban.
-Bueno, yo no me preocuparía mucho-apuntó Yume.-La plaza tampoco es que sea muy grande, así que tarde o temprano nos encontraremos con ellos otra vez.- Cuando dijo eso, a Nami le pareció estar hablando con Zoro.

"Pues si que se parecen. Zoro tampoco pierde los nervios por cualquier cosa. Siempre mantiene el tipo y encuentra alguna forma de dar un rodeo a la situación."

-¡Tienes razón!-coincidió el capitán-Además, ¡así más carne para nosotros!-puso cara de bobo y levantó los pulgares.
-¡Pero mira que eres payaso!
-Venga, vamos.-dijo Yume cogiendo de la mano a la navegante y tirando de ella. Ella se aturdió un poco, se ruborizó y le temblaron las piernas.

No tardaron mucho en llegar al puesto. Estaba bastante concurrido.

-¿Qué os pongo, chicos?- dijo una joven mucho más maja que Ueto y Resu.
-¡Carne!-gritó Luffy.- ¡Mucha carne!-la chica sonrió divertida.
-En seguida. ¿Queréis beber algo mientras esperáis?- Nami pidió otro zumo, Chopper pidió agua, Luffy solo quería carne y Yume una cerveza.

"Hasta en eso se parecen…" Nami estornudó.

-Vaya, a ver si has pillado un resfriado…-se preocupó Chopper.- Con lo empapados que llegasteis al barco no me extrañaría.
-Usopp dice que cuando estornudas es porque alguien que te quiere mucho está hablando de ti.-informó el capitán dándoselas de listo.
-Si, como que se puede fiar uno de lo que dice Usopp…-opinó Nami, quien creía que esas cosas eran cuentos de viejas.

A su lado había un par de hombres hablando, y a los piratas les llegó un poco de la conversación.

-Sí, mañana viene mi sobrino. Lo ascendieron el mes pasado y le han asignado el pelotón que hace la visita mensual a la isla. El pelotón 3-P creo que es…
-¡Es cierto, mañana es fin de mes! Así que mañana lo verás después de 5 años.
-Sí. Lo estoy deseando.

Al oír esto la navegante y el médico palidecieron. "Si al día siguiente aparece la Marina tendremos que zarpar cuanto antes." Nami miró la aguja magnética. Aún no apuntaba a su nuevo destino, así que no iban a poder escapar hasta que no estuviese totalmente cargada.

-Yume, ¿sabes cuánto tiempo tarda la aguja magnética[1] en cargarse en esta isla?
-2 días, creo… ¿por qué?
-Si aparece por aquí la Marina no creo que nos convenga estar. Luffy, Zoro y Robin tienen precio por su cabeza.-explicó ella haciendo cálculos mentales.-Si llegamos ayer para la hora de merendar, para mañana por la tarde tendría que apuntar ya a la próxima isla de nuestra ruta. Nos da tiempo a recoger el premio del concurso de disfraces… ¿Sabes sobre qué hora llegarán los de la Marina?
-Pues…suelen llegar a la hora de comer. Pero no os preocupéis, lo más seguro es que atraquen en el muelle que hay en el lado contrario a donde está vuestro barco.-apuntó Yume, pero parecía algo contrariado, como si la súbita partida de los piratas rompiese sus planes.
-Pero también podremos visitar el panteón ¿no?-preguntó Luffy. En ese momento llegaron las bebidas.
-¡Pero mira que estás pesadito con lo del panteón!-le reprimió Nami. Yume empezó a reír.
-Sí, sí, tranquilo. Yo os lo enseño mañana sin falta.-dijo dándole un trago a la cerveza.- Además, ¿qué posibilidades hay de que descubran que estáis aquí antes de que hayáis zarpado?

Las risas del reno y de la camarera inundaron el ambiente. Luffy, como siempre, estaba haciendo tonterías poniendo caras para imitar a sus compañeros y metiéndose palos en la nariz.  

-¿Con una tripulación como la mía?-preguntó la pelirroja retóricamente.- ¡Muchas!
¡Hola! Os dejo aquí el capítulo 11. Espero que os guste :D

[1] Aguja magnética: es una especie de brújula que solo funciona para la corriente en la que están, Gran Line. El resto de brújulas no funcionan porque cada isla de esa corriente tiene un campo magnético propio. Así que cada vez que llegan a una isla tienen que estar X tiempo (el tiempo varía según la isla) para que la aguja magnética apunte a la siguiente isla de su ruta.

Caítulo X: [link]
Capítulo XII: [link]


:icondonotuseplz::iconusemyartplz:
© 2012 - 2024 umpalumpa0172
Comments8
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
Jeannette11's avatar
me encanta la pelea de Zoro y Sanji jajaja te ha quedado genial